Cuenta de testigo presencial
                              
Antes de la elección y posesión de Álvaro Uribe como nuevo presidente de Colombia todos temíamos la ola de represión que caería sobre el país.
 
Este temor se vio claramente justificado                pocas horas después de que Uribe se posesionara ante el Congreso                de la Republica.
               
Estuve en Colombia el día de la posesión                y pude sentir como crecía el temor en aquellas personas que                trabajan por la protección de derechos humanos, lideres comunitarios,                sindicalistas y la población civil en general, todos a la                espera de las medidas del nuevo Presidente quien rápidamente                despejó las dudas de todos ya que al día siguiente                de su posesión, el 8 de Agosto se desplazó a las seis                de la mañana a Valledupar a inaugurar una de sus medidas                más controversiales , la Red de un millon de Informantes                los cuales informarán a la fuerza pública sobre personas                sospechosas o movimientos extraños.
               
Aunque Uribe asegura que su política                de Seguridad Democrática sólo convoca "la solidaridad                de un millón de ciudadanos para que, voluntariamente, asuman                la tarea de cooperar con la Fuerza Publica y la Administración                de Justicia". La duda de muchos es que tanta solidaridad en                realidad se puede expresar y que tan voluntaria es cuando ella es                suministrada por personas que viven en zonas de extrema violencia                que muchas veces actúan bajo amenazas o con altísimos                índices de desempleo y las cuales recibirán dinero                en los "lunes de recompensa".
               
Tuve la oportunidad de conversar con varias                personas en Colombia, cuyos testimonios me dejaron emocionalmente                muy afectada por su difícil situación, pero uno de                los testimonios que más me preocupo y afecto fue el de un                soldado de uno de los batallones radicados en la zona norte del                país, quien me habló del plan 2×2, mediante el cual                los soldados cumplirían dos meses con el ejército                regular y otros dos meses trabajarían con grupos paramilitares.                
               
De hecho se puede observar que en ciudades                en donde la violencia de tipo política o social no había                hecho presencia se encuentran en estos momentos en crisis ante el                asesinato de varios de sus lideres comunitarios, como es Barranquilla.                Además, en Cali donde los sindicalistas con el apoyo de la                comunidad habían logrado que no se privatizara la empresa                de servicios públicos Emcali, fueron claramente acosados                el día 9 de agosto cuando el presidente Uribe fue a discutir                el futuro de la Empresa, reunión a la que no fue invitado                el sindicato. Mientras me encontraba visitando a nuestros amigos                de Sintraemcali, el ejército con gran cantidad de armamento                y con uniforme de combate rodeó las instalaciones del sindicato                en un acto intimidatorio y provocator que impidió que los                sindicalistas salieran a una marcha que tenían programada                para de todas maneras hacer oír su voz en contra de la privatización                ante el nuevo gobierno.
               
Hermes